Nadie lee.

La afirmación está al aire. Creo que en estos tiempos (como en otros tiempos quizá, porque sabemos que siempre se dice lo mismo "en aquellos tiempos bla, bla, bla" todo es continúo y aveces tan repetitivo) ya no se lee.

Se ve que ahora no se lee más que nada para que después se vean las películas en el cine.

El cine américano es muy envolvente y hasta demasiado dulzon para mi gusto amargo. Siempre en las películas se ve al héroe, siempre invicto y siempre también en una misma trama empalagosa y fingida. El héroe mágico Harry Potter pareció ser de buenas a primeras un buen personaje con una historia muy interesante hasta con un final que dejaba a la imaginación, aunque yo hubiera preferido a un héroe muerto el cine américano mete su patota y los fans enloquecidos ruegan a J.K. Rowling que no mate a Harry ¡Por Dios! ¡¿Qué tipo de final es ese?! Pero que escritora tan más vendida. Una obra desperdiciada, casi una abominación, todo un mundo fantástico perdido por los finales dulzones de los norteamericanos.

Narnia se vendió, pero aun así los libros siguen siendo buenos, no han perdido tanta originalidad como en el primer caso, Y es que es una lastima ver como se venden al por mayor libros que son demasiado superficiales, embarrados de un poco de respeto porque ¡Vaya, son libros, es cultura!
Al demonio, eso no es más que literatura prostituida.

Ahora vamos con las pequeñas sanguijuelas enamoradizas, los parásitos hematófagos de Crepúsculo de Stephanie Meyer. Una historia de amor con vampiros. Bueno esta demás decirlo porque, ahora es la nueva moda: los vampiros. ¡Pobres vampiros! En lo personal me da pena decirlo, pero los han corrompido, Bram Stoker debe de estar retorciendose en su tumba, no les bastó con los libros de Anne Rice que ya de por si eran bastante comerciales y llenos de cosas muy superficiales sino que quisieron explotar al máximo a estos seres fantásticos. Esta vez se les ha obligado a los vampiros a evolucionar, desde el vampiro que se desvanece en niebla hasta el más actual vampiro llamado Renesme que puede salir al sol y decidir entre comer como un humano normal o beber sangre (de humanos u animales) ¡Vaya menú! Así han reducido la posibilidad de imaginarme que en cada casa abandonada pueda encontrarme con un vampiro o que en un feretro abandonado lleno de telarañas pueda encontrarme al abrirlo un cuerpo aparentemente inerte y que en poco tiempo despierte de su sueño casi sterno y tenga la firme intension de beber cada gota de mi sangre... Yo solamente creo que es mucha prostitución literaria.

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