Monólogos y muchas preguntas desesperadas.

Mucho se ha hablado de el poder del hombre como ser viviente y toda la serie de situaciones que puede llegar a crear. Lo que trato de hablar abiertamente, es de la sugestión y la fe. ¿Están realmente ligadas, o es una que juzga a la otra? ¿A qué me refiero con esto? Pues nada más y nada menos que de mi tema favorito: religión. Aun no descubro porque soy tan obstinada al hablar de esto, quizá es porque mi fe se tambalea como en una cuerda floja o porque quizá la he extraviado. Ésto es más bien un monólogo.

Muchos hablan de la fe como una sugestión, no más que algo de imaginación en una mente ociosa. Posiblemente en los casos más esépticos se llegue a pesar que esta fe es tan sugestiva que lleva a actos impresionantes enttre los más devotos creyentes, que son más fieles que una juaría de perros. (y no lo digo en forma despectiva ni mucho menos, simplemente creo que los perros son muy fieles, aunque existan algunos que llegando la noche te desconozcan y quieran atacarte... aunque seas su dueño ¿no será que el miedo los hace suceptibles y los pone en un modo de ataque al menor parpadeo? ¡Vaya! ¿no explica eso la manera en que mucho fieles ponen en tela de juicio su fe? el miedo los hace balbucear y temblar ,y claro muerden la mano a su dueño, ¡es tan falso!...) Largo parentesis, no sé si esto sea válido como una falta ortográfica kilométrica, porque si es así espero haber roto el record guiness.

¡Creo firmemente que existen las personas realmente entregadas a la adoración y glorificación de Dios y no precisamente están en una iglesia, aunque sea un axioma social! (por así decirlo).

¿La fe lleva a la sugestión o es el fanatismo el que es controlado por la sugestión? La fe mueve montañas... la fe es esperanza, o como diría la explicación más simple creer en algo que no ves, pero sabes que existe.
Muchas definiciones me dan a entender que es fe, yo he tenido miedo. Pero no me jacto de tener fe porque creo firmemente que estaría blasfemando a Dios, porque no quiero ser como la mayoría de sus fieles, como aquellos que se postran a sus pies pidiendo piedad y un poco de menos sufrimiento y miedo a cambio de tener una mejor vida (recordemos que el hombre es buenisimo en el trueque, por llamarlo de una manera de la que podamos indentificarla y ver cómo desde hace tiempo es muy bueno para esto: negociar) ¡Dios no se vende! Aunque así lo den a entender los depravados fieles malintencionados.

¡Y llegando a este punto me doy cuenta de que insulte gravemente a los perros comparandolos con los falsos creyentes! Diculpen perros... quería poner un buen ejemplo real de lealtad, pero un falso creyente no puede tener lealtad sino tiene fe.

No temer es tener fe. El miedo se apodera de la sugestión y el fanatismo.